Temple es más conocido como el “duque asesino” desde que años atrás fuera señalado como el autor de la muerte de Mara Lowe, la joven dama que iba a convertirse en la esposa de su padre. Incapaz de recordar qué sucedió realmente, lleva doce años reinando en los más oscuros rincones de Londres, convencido de que no hay redención posible para él.
Mara se juró a sí misma que jamás regresaría al mundo del que hace años huyó, pero cuando su hermano pierde toda su fortuna en “El Ángel Caído” la casa de juego con peor fama de la ciudad se verá obligada a intentar hacer un pacto con Temple, el hombre que no esperaba volver a ver y que resulta ser uno de los dueños del Casino.
Temple cree haber hecho un buen trato hasta que se da cuenta de que la dama oculta más de lo parece y va a necesitar cada pizca de su fuerza de voluntad para resistir la atracción que siente por esa misteriosa y enloquecedora mujer, que parece dispuesta a arriesgarlo todo por honor…
Mara se juró a sí misma que jamás regresaría al mundo del que hace años huyó, pero cuando su hermano pierde toda su fortuna en “El Ángel Caído” la casa de juego con peor fama de la ciudad se verá obligada a intentar hacer un pacto con Temple, el hombre que no esperaba volver a ver y que resulta ser uno de los dueños del Casino.
Temple cree haber hecho un buen trato hasta que se da cuenta de que la dama oculta más de lo parece y va a necesitar cada pizca de su fuerza de voluntad para resistir la atracción que siente por esa misteriosa y enloquecedora mujer, que parece dispuesta a arriesgarlo todo por honor…
Buenos días:
Antes de empezar esta reseña, voy a decir que me encanta el estilo de Sarah MacLean. Adoro que intente sacar historias originales y que arriesgue con sus personajes. Todos los libros que he leído de ella me han gustado, pero si encuentras una historia que no... pues te va a dar un chasco muy grande (porque la tienes en un pedestal). El libro no es malo, pero después de leer otras de ellas que le dan mil vueltas, pues esta se te hace muy pesada. No me explico que le dieran el premio RITA a Mejor novela histórica. No es su mejor libro y no lo veo merecido.
No hay amor sin espinas empieza de forma muy interesante, con un prota, Temple, que lleva años creyéndose un asesino que encuentra a su supuesta víctima. La cosa prometía mucho.
¿Qué habrá pasado para que Mara le dejara el muerto (nunca mejor dicho) y huyera? ¿Se redimiría Mara? ¿Lograría Temple perdonarla por haberle jodido la vida?
Con el personaje de Temple no tengo ningún inconveniente, se lo ve dudar (algo normal después de todo lo que le sucede), pero en el fondo es un grandullón bonachón que no tiene ni un ápice de maldad.
El principal problema de la novela es Mara, no empatizas con ella y te llega a caer hasta mal.
Aviso para navegantes: Aquí puedo soltar algún spoiler
Al principio puedes llegar a pensar que tuvo que suceder algo bastante grave en su vida para dejar al pobre Temple sin memoria, desnudo en una cama llena de sangre y cargando con un crimen que no sucedió. No sé, yo pensaba que alguien la había violado y la había dejado embarazada y quería desaparecer o que alguien la quería matar... Parece muy exagerado todo, pero es que el punto de partida del libro es así de rocambolesco.
Yo creo que aquí MacLean ha querido hacer una antiheroína, hace esto tan grave y a la vez te intenta meter su lado amable (con el cerdido y el orfanato), pero llega un punto en que esto no cuela. Los motivos que tiene Mara para hacer esto a mi me parecen insuficientes y que no justifican lo que hizo a Temple.
Muy bonito todo, Mara |
Como veis, va a mi lista de personajes odiosos (junto a Annabelle Peyton). Añado que no soy de odiar a personajes, pero este se lleva la palma por todos esos motivos.
En cuanto al ritmo muy irregular, partes muy rápidas seguidas de otras más cansinas, a mi se me ha hecho muy pesado, había algunas conversaciones que me daban ganas de dejar el libro (la conversación de cuando Temple se recupera y se ven en el ring, con escena erotico festiva de por medio, es una de ellas).
Los secundarios tampoco han brillado como en otros libros, el hermano de Mara era tan insoportable como ella, y ni las oportunas apariciones de Pippa (prota de la novela anterior) y de West (personaje que introduce y que promete) te salvan el asunto.
Eso sí, el final no lo esperaba y me ha dejado con la boca abierta (ostras con Chase, casi me desencajo la mandíbula de la sorpresa).
Quizás he sido muy dura, repito que no es mal libro, pero Sarah MacLean nos tiene tan mal acostumbrada de hacer unas novelas redondas y estúpendas, que ves un fallo y parece un mundo.
La recomiendo porque la saga a la que pertenece merece la pena y le doy un 7,5/10
¡Qué paséis un buen día!