Hoy vengo con la reseña de Dramones y mazmorras de Kristy Boyce. Lo leí en inglés a principios de año y me he alegrado mucho cuando he visto que lo han traducido porque me pareció una novela juvenil muy simpática.
Ya sabéis de anteriores entradas que tengo depresión y este año lo estoy notando mucho en las lecturas. Por eso, si una lectura me hace disfrutar al 100% y dejar de pensar, la valoro muy positivamente, como es el caso.
Mi año en un gif |
Lo que más me ha gustado de esta novela es la inocencia del primer amor que se entrevé. De verdad, qué hastío entrar en una gran librería y encontrar novelas de dark romance en la sección de lecturas juveniles (aquí abro un melón y es que poco se habla de esto) o novelas con dinámicas románticas super tóxicas. En esta novela se puede ver como dos adolescentes se enamoran poco a poco y no esperéis escenas sexuales (tampoco es que las necesite).
Mi reacción cada vez que veo algún dark romance o libro cuestionable en la sección de juvenil |
La novela se centra en una fake relationship o relación falsa entre Riley y Nathan. A Riley la han castigado con trabajar en la tienda de juegos de mesa de su padre y ahí intima con Nathan, chico que va a su instituto y trabaja en la tienda. Son dos personas super opuestas, Riley adora el teatro y las artes escénicas mientras que Nathan es un friki. Por circunstancias, tienen que fingir estar en una relación y poco a poco, entre miraditas, gestos románticos, conversaciones estos dos se van haciendo amigos y algo más. Me ha gustado que desde el principio tengan química y que la trama de relación falsa la mantengan hasta casi el final de la novela.
El gusto que da cuando lees una juvenil, un clean romance o un slow burn y esta es tu cara |
Por otra parte, Riley como personaje evoluciona mucho y eso es muy positivo. Primero, está la relación con su padre, que está muy deteriorada. A raíz de trabajar en la tienda, Riley hace un poco las paces con su padre después de que él y su madre se divorcien. Y por último, está su ganas de montar una obra de teatro a pesar de las trabas que el instituto le va poniendo.
La única minipega que le pongo es que de cara al final creo que la autora solo se centra en los problemas personales de Riley y la trama de relación con Nathan se queda un poco apartada. Me han faltado un par de capítulos para que esa trama concluya de manera más satisfactoria.
En conclusión, Dramones y mazmorras me ha hecho hacer la croqueta y emocionarme como una adolescente, así que por eso le he dado ⭐⭐⭐⭐ estrellas.
¿La habéis leído?
¿Qué estoy leyendo en este momento?
Bueno, pues con el audiolibro estoy con Sombra y estrella de Laura Kinsale. Le llevaba miedo porque después de leer el primer libro de la saga sabía quien era el prota y su historia (y trauma que cargaba). Me ha costado meterme a la historia y creo que es simplemente por el hecho de que a lo tonto el primer libro de la saga lo leí hace 4 años (no lo tenía muy fresco) y también porque esta autora en concreto me cuesta leerla un poco en inglés al comienzo. Sin embargo, una vez que me meto en sus historias no puedo parar y ha sido el caso. Hoy creo que la termino y me está pareciendo una delicia, me gusta como la autora refleja la atracción tan prohibida de los protas, ese anhelo que tienen de juntarse, como describe las escenas más intimas como las caricias, miradas. Otro punto que destaco es la versatilidad que tiene esta autora de ambientar en distintos lugares y plantear situaciones muy diversas.
En cuanto lo termine escucharé God of Malice de Rina Kent. Es un dark romance, que los leo por entretenerme (cual señora que ve pelis de sucesos los findes para escandalizarse), pero lo que se dice romance tienen poco, lo que tienen son protas que deberían tener la celda empapelada con ordenes de alejamiento.
Así me imagino leyendo estas novelas, que este tipo de "amor" no me encuentre nunca |
En cuanto a lectura física, el miércoles empecé el de Lonely Heart de Mona Kasten y en una noche me ventilé la mitad. Es una novela muy amena y que creo que, dentro de que toca temas de salud mental, la autora lo hace con bastante sensibilidad y cabeza, lo cual me ha sorprendido gratamente. Tenía dudas de si leerlo desde que mi amiga Ligaro se lo leyó el finde pasado y me advirtió porque justo la semana pasada estuvo a punto de fallecer un familiar (se quedó en susto, cuando digo que este 2024 está siendo una catástrofe no exagero) e igual no era momento para leerla. Sin embargo, creo que esta lectura ha venido en el mejor momento porque venía de leer El familiar de Leigh Bardugo y me ha venido bien cambiar de género. Al terminarla leeré The Muse of Maiden Lane de Mimi Matthews, novela que acaba de publicar. Le tengo muchas ganas porque las dos anteriores novelas de esa saga han sido de mis lecturas favoritas del año.
Besos