Reseña: Somos el último verano, de Susanna Herrero

Cuando ella cree haber dejado atrás su pasado, pero al bajar de un avión y verse inundada por el calor del Mediterráneo y los recuerdos su corazón…

Bum.

Cuando él parece pasar de todo, pero la repentina e inesperada luz de una habitación se le clava en el pecho y…

Bum.

El fin de una era.

Buenos días:

Hoy vengo con la reseña de Somos el último verano de Susanna Herrero. Ya sabéis que soy una loca de la saga Cabana y estaba deseando leer el último. Me da mucha rabia porque he tenido unas sensaciones algo agridulces con la novela y ahora os explicaré por qué.

Voy a empezar por las dos cosas positivas. La primera es la parte de acción, fíjate que en los dos libros anteriores es justamente a lo que le he puesto pegas, pero en esta novela es buena. Hay como una calma antes de la tormenta, que aparece de repente y te deja tensa y sin parar de leer. Si Susanna no hubiera avisado de que se iba a avecinar esa parte, habría sido incluso aún mejor porque cuando sucede no la ves venir.

Otro aspecto positivo es que cierra la saga con todos los personajes juntos y eso siempre te deja satisfecho. Es como, han pasado 5 libros y mira todos que bien han acabado. Da mucha satisfacción. 

Ahora vamos a la parte no tan positiva...

Voy con la primera y es ella, Álex, de la que no entiendo el misterio respecto a quien era ni a su nombre. Por un momento pensé que era un personaje que había salido en el resto de la saga y pensaba que igual era Alicia, la tía que deja Marcos plantada en el altar. En fin, me ha parecido un caos de personaje femenino... Directamente no la he entendido. Sinceramente creo que Adrián merecía otro personaje que lo acompañara. Una tía que se va de su pueblo de repente, no lo pisa en 12 años (¿por qué?¿no va ni a visitar a su madre?), deja su trabajo sin ningún motivo aparentemente claro o clave (¿de verdad no sabía los inconvenientes que tenía dedicarse a eso?)... De repente, vuelve al pueblo y lo primero que hace es colarse por la ventana del vecino... con 30 añazos que tiene. La he visto bastante caos en todos los sentidos y no llegas a entender qué proceso mental sigue para hacer esas cosas, qué la motiva a ello... Nada, absolutamente nada. A Adrián sí lo logras entender, pero a ella, cero.

Ahora voy con el segundo inconveniente y son los flashbacks. Va alternando un capítulo en el pasado y otro en el presente. Curiosamente, a mi que me suele cargar esto y me interesan más los del presente, en este caso he preferido los del pasado. Ha sido bonito verlos a todos de críos. Los del presente, para ser segundas oportunidades se me ha quedado muy flojo, no hay casi conflicto ni un clímax potente en el que los personajes exploten (el de los celos, que es lo más parecido a eso, no me ha convencido). En novelas de segundas oportunidades no me gustan que hayan millones de flashback (me pasó lo mismo en este sentido y sin ser del mismo género, con El día de la duquesa, de Sarah MacLean). Me imagino que en el pasado estuvieron enamorados, no me hace falta saber primeros besos, folleteos, miradas... Si acaso hay un momento clave, entonces sí, pero prefiero que se centren en el presente y como esos personajes se encuentran en una encrucijada, que miles de flashback que no aportan nada. 

En ese sentido me ha recordado al primer libro de la saga, con la diferencia de que, aunque a veces me costaba entender a Priscilla, sí que me entretuvo más y los flashback tenían mucho más sentido, los personajes tenían conflictos internos más pronunciados, había una clímax bastante más potente. Se me hizo más redondo.

Bueno, he adorado la recta final de la novela: como ha concluido la saga, la escena de acción ha sido muy tensa y trepidante... pero eso no justifica que la trama amorosa, que es la principal, no me haya sabido a poco y no haya entendido nada a la protagonista. Por eso le he dado ⭐⭐⭐

¿Lo habéis leído?¿Habéis acabado alguna saga hace poco?

Besos